martes, 26 de marzo de 2019

Un saco de besos

Ya ves que estoy aquí
al otro lado de la línea
cada noche.

Ya ves que sigo el paso de tus días,
imaginándote.

Cada gesto, cada paso,
cada beso, cada abrazo,
van marcándose.
Son los posos de mi mate
la patrulla de rescate
el limón y la sal.

No esperes mucho a cambio,
no controlo el timón del barco en el que viajo.
Solo tengo algo de tiempo,
brotes de esperanza,
un manantial de versos,
polvo en la billetera y un saco de besos.

Cada nuevo adjetivo
y cada verbo que aprendemos,
cada noche.

Van trazando el camino que tenemos
por delante.

Los sonidos y las letras,
de nuestras viejas canciones,
van quedando atrás.
Ya no llegan ni los ecos,
las montañas quedan lejos,
ya no se ven.

No esperes mucho a cambio,
no controlo el timón del barco en el que viajo.
Solo tengo algo de tiempo,
brotes de esperanza,
un manantial de versos,
polvo en la billetera y un saco de besos.

sábado, 16 de marzo de 2019

Quien

Quien pudiera besar tu cuello de porcelana.
Quien pudiera atrapar tu cuerpo menudo en un abrazo eterno.
Quien pudiera acompañar tus rápidos pasos por los pasillos.
Quien pudiera captar la luz de tus ojos negros,
enredarse en tu pelo, retener tu caricia, embotellar tu aroma.

Quien tuviera la magia de tu risa.
Quien tuviera la cadencia de tu tiempo.
Quien tuviera el despertar de tus mañanas.
Quien tuviera la rutina de tus costumbres,
para marcar el devenir de la vida a tu lado, para hacer camino nuevo.

Quien fuera blanca almohada para robar furtivos besos a tus mejillas.
Quien fuera brisa otoñal para estremecer tu alma y luego darle abrigo.
Quien fuera luz solar para entrar a tu alcoba sin permiso y calentar tus días nuevos.
Quien fuera guitarra milonguera, de cuerdas nuevas y afinadas
para entonar los acordes de tu tierra, para hacer volar la gracia de tus pies.

El acero de tu voz tatuó tu ser en mi alma
y la soledad me acecha con sus sombras, hoy más largas que ayer,
amenazándome con volverme un recuerdo, presa fácil de tu olvido.
El miedo de no ser me acompaña en las noches
y tras cada reporte diario me refugio entre las sábanas,
rogándole al destino que sea piadoso, como si eso sirviera de algo.

miércoles, 20 de febrero de 2019

Cuando Callo


Me enajena el amor que me retiene,
que de puro y altivo me acongoja,
y en el susto de mi alma se deshoja
el camino pasado y el que viene.

Sin vivir, que me mata y me revive,
prisionero del juego de su estado.
¡Un veneno potente nos fue dado!
Eficaz para el pecho del que escribe.

Pero todas las causas que develan
de su sueño a mi mente distraída
no se pueden reunir en un soneto.

Letras, vida, golosinas que anhelan
mis sentidos en esta acometida
son los que te hacen mi estar, secreto.

De "Camino a mi estero", José Manuel Román, 2012

domingo, 27 de enero de 2019

Hay que ser gigante


Todos los símbolos tienden cadenas a la conciencia.
Todos los símbolos esclavizan.
Todos los símbolos nublan la razón.
Todos los símbolos nos alejan de la verdad.

Nuestras alas están plegadas y ya olvidamos que las tenemos.
Nuestros pies gastan caminos ajenos y ya olvidamos correr.
Nuestras manos palmean espejismos y ya olvidamos cerrar el puño.
Nuestras bocas replican quimeras que entierran la luz primaria de nuestra conciencia.

Hay que ser libre de todo viento y corriente, hay que ser gigante.

domingo, 20 de enero de 2019

Paseo


Sobre la estrella de los vientos me detengo. El sol calienta mi espalda y la brisa de finales de enero me apacigua.
Veo gente paseando no muy lejos, entre la maleza que rodea mi posición, junto al observatorio legendario, impasible al devenir del tiempo y a la expansión del espacio.
Sobre la estrella de los vientos espero su llegada consciente de que es muy posible que hoy no sea el día, ni éste el lugar indicado. Me he perdido en un mar de miradas y ya no distingo la luz de los ojos limpios de aquellos que no dicen nada. Un conejo pasa precavido a mi lado, se refugia entre los matorrales y se pierde, como mis esperanzas de hoy.
A veces siento que todo marcha bien y a veces, solo quiero dormir eternamente. Me alcanzan señales que no consigo retener, luces que se muestran a lo lejos en breve destello, fugaces muestras de lo posible, de los quizás y de los ojalá. Suspiran las almas por hallar donde reposar sus miedos, por obtener trincheras que los protejan de la metralla que sin remedio nos lanza la realidad, en otras almas igualmente heridas. Y en ese camino de búsqueda me encuentro, como infante el día de pascua, sin huevo a la vista.

Pensamiento


Que fluyan la palabra, la poesía, el amor y otras drogas, hoy más que nunca hay síndrome de abstinencia.

lunes, 14 de enero de 2019

Velas nuevas

Anclé mi barca tiempo atrás
para morir en vida.
Renegando de ti enjaulé mi alma,
y esquivando tu mirada sequé mis ojos.
Pero tu fuerza es mayor
y ahora me arrastras de nuevo a tus mares infinitos.
No puedo si no volar en tu corriente,
preso libre de tu tiro.
Ya no hay maromas represoras,
ya no hay ancla que me fondee.
sólo velas nuevas, hinchadas de futuro.

sábado, 15 de junio de 2013

Noche estrellada por accidente
que me descubres de nuevo tus encantos,
al albor de las sombras amables
me deleito de tu olor infinito.

Veo que he perdido oficio
de tanto jurar no volver a probarte,
de tanto engañarme a mi mismo
(que la cabra tira siempre al monte).

Y esta que te escribe te añora,
monte de mis sonidos, colores y sabores.
Monte que la vida floreces en mis sienes.
Monte que a la luz me devuelves.

Y escribo como el que respira
y, por ello, riego mi cara de verguenza.
Por no pelear cada día que te recuerdo.
Por no esparcir tu simiente en mi camino.

Pero que leches camino!, en mi vida.
Que las cosas se llaman como son.
Y es que no tengo vida sin ti,
sin ti, mi poema, ni siquiera sé que soy.

sábado, 2 de febrero de 2013

A mis errores

El suelo arranca, como garra felina,
de mi mirada perdida en su faz la verdad que oculta.

Enterrada en vida mi palabra
he vagado sin ella este tiempo.
Mutilada, ignorada y negada mil veces.
Paria vagabunda en su propio hogar.
Y todo por nada.
Los caminos se eligen, muy a pesar de uno mismo.
Porque parecen impuestos,
cuando son mansas y rojas alfombras.
Estelas anodinas que están para ser recorridas
en el momento preciso.
O simplemente pisoteadas, según se tercie.
Y es por eso que no culpo a nadie.
Fueron mis pies necios los que torcieron la dirección.
Fué mi imprecisa consciencia
la que marcó el camino que hoy audito,
saldando en negativo mi cuenta.
¿Qué queda de aquellos sonetos imperfectos?
¿De aquellos amagos de romance?
¿De aquellos apuntes livianos a los ojos, pesados a la razón?
Se fueron con la tramontana
para perderse tras las montañas del egoísmo intrínseco de mi género.

viernes, 7 de octubre de 2011

Invierno

Hoy, como ya fuera,
vuelve a enfriar el viento mi cara.
Vuelve la noche a regalarme sus lágrimas.
Vuelve la aurora a darme esquinazo
para encontrarme, de imprevisto, con el ocaso.
Se reafirma el ciclo,
constante, repetitivo. Pero siempre distinto.
Hoy, como ya fuera,
tomo conciencia de un nuevo invierno.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Poema pendiente

Me asomo embriagado en esta ventana
porque algo me llama en tu nombre.
Busco aquello que siempre busco;
un recuerdo grato, una imagen hermosa.
Siempre busco fuera aquello que guardo dentro.
¿Recuerdas esa noche de rayos en tu viejo piso?
Tu ya no vives allí , pero siempre será tu casa.
Para mí y los de mi quinta, siempre será tu casa.
Ese lugar de días especiales,
ese espacio de magia y misterio,
ese cofre de palabras prohibidas,
ese cajón secreto donde guardar golosinas,
ese recinto acuartelado de normas divertidas,
ese hogar huérfano de padre, huérfano de hija.
Me asomo embriagado en esta ventana
y los ojos húmedos me delatan.
Me delatan ante esta hoja inquisidora
que destapa como nadie mis secretos.
Me interrogan y tratan de quitarte valor.
Porque eres mujer, como otras, cualquiera.
Porque eres alma imperfecta,
cuerpo pecador, verbo equivocado,
sábana de secretos, estela de lo ingrato, madre injusta!
abuela, mi abuela.
Atrás quedan rencores,
rencores que no son míos.
Atrás quedan ruidos
en días soleados y hermosos.
Atrás queda todo,
todo aquello que no me diste;
dolor, odio, envidia, miedo, cobardía...
Atrás queda todo esto,
delante solo quedas tú.
Me asomo embriagado en esta ventana,
mis ojos no pueden más y rebosa su exceso;
las lágrimas son sabias esta noche.