porque algo me llama en tu nombre.
Busco aquello que siempre busco;
un recuerdo grato, una imagen hermosa.
Siempre busco fuera aquello que guardo dentro.
¿Recuerdas esa noche de rayos en tu viejo piso?
Tu ya no vives allí , pero siempre será tu casa.
Para mí y los de mi quinta, siempre será tu casa.
Ese lugar de días especiales,
ese espacio de magia y misterio,
ese cofre de palabras prohibidas,
ese cajón secreto donde guardar golosinas,
ese recinto acuartelado de normas divertidas,
ese hogar huérfano de padre, huérfano de hija.
Me asomo embriagado en esta ventana
y los ojos húmedos me delatan.
Me delatan ante esta hoja inquisidora
que destapa como nadie mis secretos.
Me interrogan y tratan de quitarte valor.
Porque eres mujer, como otras, cualquiera.
Porque eres alma imperfecta,
cuerpo pecador, verbo equivocado,
sábana de secretos, estela de lo ingrato, madre injusta!
abuela, mi abuela.
Atrás quedan rencores,
rencores que no son míos.
Atrás quedan ruidos
en días soleados y hermosos.
Atrás queda todo,
todo aquello que no me diste;
dolor, odio, envidia, miedo, cobardía...
Atrás queda todo esto,
delante solo quedas tú.
Me asomo embriagado en esta ventana,
mis ojos no pueden más y rebosa su exceso;
las lágrimas son sabias esta noche.