se atrinchera frente a mí.
Un caldo en ebullición sin olla donde reposarque espera ser sazonado.
De lo etéreo a lo material
y vuelta a empezar.
Yo lo huelo, lo presiento,
lo imagino y lo libero.
Tu lo hueles, lo presientes,
me lo robas y lo entierras.
Surge de la nada para crear tu sentido;
el oportuno color que tus ojos anhelan,
la fragancia familiar que te abriga,
te adormece y te seda.
Este ejército me priva
de mi tiempo y de mi espacio.
Este caldo me consume en su hogar,
que también es mío,
para hacerme palpable;
yo su objeto, él mi objetivo.
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